miércoles, 12 de enero de 2011
Entrevista en la revista Artesanos
Entrevista en la revista Artesanos
Diciembre de 2010
Muchas gracias María Inés Sorrentino y Martín Warmerdam por la entrevista!!!
Edgardo De Bortoli, vitralista
Para crear, hay que saber jugar
La obra de este reciente doble ganador en Berazategui transmite transgresión y estilo, pero sobre todo mucha expresividad.
Lo único que confiesa que no le gusta de la vitrofusión es esa sensación de que, pese a todo, el horno es el que decide, el que a veces tiene la última palabra. Quizá en esa resistencia a aceptar inevitable. En esa necesidad por probar el último limite posible… la última frontera del material más allá de lo que la teoría y la practica indiquen este el secreto de una obra que tiene mucho de experimental, de novedoso. Tal vez algo de eso intuyeron –más allá de los parámetros específicos- los jurados que le otorgaron a Edgardo Fabián De Bortoli un primer premio en la Categoría de Técnicas no Tradicionales y otro similar en la de Objetos Ornamentales, Ambientales y Decorativos en el reciente XIV Salón Nacional del Vidrio 2010 de Berazategui.
En su taller de parque Chacabuco su obra se despliega generosa en repisas y vitrinas y sirve para ratificar que las distinciones no fueron casuales ni caprichosas. Hay mucho esfuerzo pero también una imaginación y un placer estético-creativo en el diseño y la realización de cada objeto. Hay una identidad conceptual muy poderosa en cada pieza, aún en las más simples o en las que la elaboración está influenciada por la casualidad que interviene con encantadora sutileza como en las “coladas de maceta”. Todo es parte de una aventura. Un prueba y error casi permanente. Un juego que comenzó hace un tiempo ya, cuando era un niño y se deslumbraba con los vitrales de una iglesia de su ciudad natal, L;incoln, en la provincia de Buenos Aires. De allí le vino una vocación intensa por el vidrio que matizó con la joyería, otro oficio-artesanía donde también logró destacarse por su creatividad y su sensibilidad creativa.
Entre esos dos amores finalmente triunfó una vitrofusión que encara con un lenguaje artístico de alta calidad , tanto en lo decorativo como en lo utilitario. Edgardo también utiliza largas horas de su taller en la enseñanza y con amigos vinculados como él a la Escuela del Vidrio de Berazategui conforma el grupo “Botelleros”, dedicado a difundir los valores de esta actividad a través de propuestas colectivas donde se mezclan e interactúan distintas disciplinas también como en una especie de juego. Porque de eso se trata. De jugar, de probar, de desafiar los límites y ganarle la pulseada a un horno sorprendido por tanta audacia. O simplemente perder pero con honor y la satisfacción de haber intentado otra prueba –error que, esta vez, no pudo ser superada.
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